Descripción
Al finalizar su mandato como Presidente de la República Argentina en 1874, Domingo Faustino Sarmiento se retiró de la presidencia pero no de la política. En 1875 asumió el cargo de Director General de Escuelas de la Provincia de Buenos Aires y continuó ejerciendo el periodismo desde La Tribuna. Poco después fue electo senador por San Juan. En 1879 asumió como ministro del Interior de Avellaneda, pero por diferencias políticas con el gobernador de Buenos Aires, Carlos Tejedor, renunció al mes de haber asumido. Durante la presidencia de Roca ejerció el cargo de Superintendente General de Escuelas del Consejo Nacional de Educación. En una carta fechada en febrero de 1877 y dirigida al supervisor del Consejo Escolar de Belgrano, Sarmiento aclara que los libros de texto que se leen en el aula deben ser elegidos por el propio maestro. Pero señala que sólo hay dos excepciones. Uno es el libro para las clases de religión y otro para las de ?lecturas morales?. Para el primer caso, sostiene Sarmiento, debe utilizarse La Vida de Nuestro Señor Jesucristo, de H. Wallon. Para el segundo, los alumnos deben leer La moral práctica, cuya traducción fue hecha por César H. Guzmán. La presente edición reproduce la obra editada en 1879 y publicada por la Imprenta de la República de Jacinto Nuñez, Santiago de Chile. Se trata de la traducción realizada por Domingo F. Sarmiento de la obra La vie de notre Seigneur Jésus Christ de Henri-Alexandre Wallon.