Descripción
¿Expresa la globalización el imperialismo de Occidente o es un fenómeno que arrinconará a Europa y a Estados Unidos? ¿Seremos todos iguales o persistirán las diferencias? ¿Qué ocurrirá con la democracia y los derechos humanos en el Año I de la globalización total?
Estos son algunos hilos conductores que recorren este volumen, que reproduce un encuentro celebrado entre fines de 2008 y principios de 2009 en el que se enfrentaron Gilles Lipovetsky y Hervé Juvin. Como en un campeonato mundial de ajedrez, los dos maestros hacen movimientos a la vez previsibles y sorprendentes, y nos exponen dos formas de entender el juego. Con cada movimiento nos explican qué ganamos y qué perdemos, y permiten a los lectores-espectadores seleccionar las jugadas y quedarse con las más acordes con su ética personal y su concepto moral del mundo en que viven. Gilles Lipovetsky se presenta como un defensor de la globalización, con muchas salvedades; no afirma que sea un régimen bueno por sí mismo; alega simplemente que es el único que hay porque no hay otro capaz de sustituirlo. El optimista cree que vivimos en el mejor de los mundos posibles; el pesimista lo sabe. Lipovetsky es el pesimista, obligado a desarrollar un juego optimista. Hervé Juvin es enemigo de la globalización, ve en ella la muerte de la pluralidad cultural y de todo lo que la ha sustentado: idiomas, tradiciones, costumbres, incluso países. Su estrategia no teme ser confundida con una apología del antiguo régimen. Tanto que se diría que, para él, «cualquier tiempo pasado fue mejor». Es el optimista a quien la partida obliga a parecer pesimista. Su lenguaje debe mucho a un célebre ensayo de Heidegger, «La pregunta por la técnica».