Descripción
En la primera década del siglo XX, un funcionario francés menor llamado
Félix Fénéon contribuyó con una serie de breves viñetas a un periódico parisino, Le Matin. A través de su publicación, pensó poner a prueba la premisa de que los rasgos más destacados de una biografía podrían resumirse en forma sumamente breve de no más que tres líneas. La brevedad, argumentó, fortalece lo que podemos saber sobre un individuo o una circunstancia.
La afirmación de Fénéon y los ejemplos que escribió para ilustrar este punto fueron en sí mismos de carácter muy breve. Pronto Fénéon fue olvidado salvo por un pequeño grupo de escritores neoimpresionistas y murió en 1944. Pero su concepto de «novelas de tres líneas» le sobrevivió.
Encontró similitudes en las obras de Fray Mocho, Ambrose Bierce, Ludmilla Petrushevskaya y Mario Halley Mora.
Con este, su propio libro, Thomas Whigham pone ante los lectores varios ejemplos de este enfoque ligados a un escenario paraguayo que abarca los siglos desde la época precolombina hasta la actualidad. En el camino, hace uso de personajes históricos como Juan de Ayolas, Sepé Tiarayú, la Madama Lynch, Eligio Ayala, Ramón Aquino y Lorena Arias, todos ellos organizados a arrojar un poivy o manto de verosimilitud sobre una variedad de narrativas inventadas y vanguardistas.
Aquellos lectores que consideren con credulidad los numerosos susurros de fantasía encontrarán la obra más que divertida, especialmente cuando la consuman en pequeños bocados. Otros pueden preguntarse como es posible que Whigham, un vagabundo geriátrico de California, considere decoroso o aceptable comentar sobre la idiosincrasia del paraguayo. Su respuesta a esta expresión de duda es que los habitantes de la República Guaraní, al tratar de comprender mejor el humor y la profundidad en sí mismos, podrían beneficiarse de los escritos de un extranjero que ha viajado mucho y que ha pasado muchos años entre ellos.
Ya sea que los lectores resientan el descaro del libro o aplaudan su audacia, Novelas paraguayas en tres líneas más o menos ayudará a los paraguayos a sentir una simple satisfacción con la idea de que las verdades esenciales se expresan mejor en un número limitado de palabras. Whigham los invita a unirse a esta celebración.