Descripción
Yugoslavia fue el experimento más fructífero de una federación multinacional en Europa desde la segunda guerra mundial. Su desintegración gradual y dolorosa y la combinación cada vez más amarga y confusa de guerra civil y guerra de agresión dejan una herencia de destrucción y de odios intercomunitarios que costará decenios superar. El autor trata de utilizar la trágica muerte de Yugoslavia como prisma a través del cual examinar un problema mucho más amplio: la relación de la política de identidad y nacionalidad con la democracia.