Descripción
Jorge Edwards nos propone en El museo de cera una lúcida parábola del pensamiento reaccionario en forma de sátira implacable. Su protagonista, el supuesto marqués de Villa-Rica, exponente del sector más tradicional de la sociedad chilena, es un afrancesado que, en un mundo de televisores y helicópteros, vive anclado en el pasado : sale de su palacio en carroza, se viste con levita, usa bastón con empuñadura de plata y parece tan alejado de la electrónica japonesa como de las chinganas y picanterías coloniales de la ribera del río. Como las figuras que en un museo de cera comparten anacrónicamente el mismo espacio, en esta novela conviven tres mundos que se entrelazan en un conjunto delirante y de gran comicidad.