Descripción
Con la excepción de personajes tan brillantes y al mismo tiempo tan poco representativos como Leonor de Aquitania, Eloísa y Juana de Arco, las mujeres medievales han llegado hasta nosotros bajo el prisma de sus contemporáneos masculinos. Los hombres de la Edad Media solían considerarlas inferiores y débiles, aunque dotadas de una peligrosa capacidad de seducción, o también, con menos frecuencia, bellezas remotas al margen de las mediocridades de la realidad. El actual interés por la historia de la vida cotidiana ha hecho que se empiecen a sustituir esos estereotipos masculinos por una visión más ajustada de la realidad.