Descripción
¿Qué implica ser tratado como inocente al momento de ser sometido a un proceso penal? ¿Es la gran pregunta que lanza el autor de esta obra al desafío de escribir y además una apariencia social que se presume como verdad que, de ser presumida la inocencia, puede ser aplicada de alguna manera en un país donde la voz popular clama justicia carcelaria?
Si es que fuera cierto, que la presunción de inocencia es real, ¿cuál es el motivo por el que los jueces utilizan su potestad de indagar o producir pruebas con total discreción en los juicios?, a bien la presión social efectivamente conlleva una imputación sin más?
Dos preguntas disparadoras de la aventura de investigación y una hipótesis que reza: «La presunción de inocencia carece de significado por ser inaplicable en nuestra sociedad».
La justificación surge por si sola, es necesario asumir el análisis objetivo del principio de presunción de inocencia ante su aparente falta de significación al resultar inaplicable en nuestra sociedad.
Una sociedad de la cual surgen jueces, fiscales y defensores públicos Su modificación, o bien, la adecuación de las normas penales, prácticas judiciales y percepciones sociales hacen que uno de los principios que esgrimir como principal dentro del engranaje ritual del Juicio penal tenga un sentido efectivo.