Descripción
Todavía debemos aprender mucho sobre la etapa preparatoria del proceso penal. Debemos recordar que en el sistema procesal inquisitorial o mixto el sumario era pura actividad estatal de persecución, con nula o casi nula actividad de control. El control judicial de esta actividad, esencialmente contradictoria (o “adversarial”), es una novedad, que requiere tanto el esclarecimiento de problemas como el entrenamiento de los jueces. A esta tarea se dedica este nuevo libro de Leonel González, con su ya conocida capacidad teórica y disposición didáctica. El primer desafío es la estricta separación entre las tareas del juez y su entorno “administrativo” que es llevado a cabo por un nuevo modelo de organización que llamamos “oficina judicial”, “oficina de gestión de audiencias”, “oficinas de gestión procesal” o cualquier otro similar. Se trata de un cambio de concepción completo de lo que antes llamábamos el “despacho” del juez. Ha sido tan profunda la imbricación y confusión de las tareas administrativas con las estrictamente jurisdiccionales que hoy muchos jueces sienten que han perdido el trabajo cotidiano. Obviamente, se trata de una falsa concepción, pero ahora hay que esclarecer la nueva cotidianeidad del juez y enseñarle a llevarla a cabo con profesionalismo. Ello implica estar en la sala de audiencia. Esa sala, que ahora es el entorno natural de la judicatura debe ser un espacio cotidiano de trabajo. Este libro se dedica a tratar de profesionalizar el trabajo del juez en la sala de audiencia y mejorar la calidad. Saber escuchar, identificar el núcleo del litigio (el problema a resolver), dirigir el debate, pero no bajo la idea de “controlar los excesos de las partes”, sino de conducirlos hacia la mejora de la calidad de la controversia, ya que debatir es una virtud del sistema, no falta de disciplina. En fin, este libro nos brinda muchos pequeños consejos y profundas perspectivas para darle nuevas bases a la función de los jueces de garantía. Vemos, pues, que este libro es una herramienta para comenzar a desarrollar el nuevo profesionalismo de los Jueces de garantía. Como buscamos siempre en esta colección, de un modo práctico, directo, simple y profundo; de tal manera que se pueda convertir en una caja de herramientas para el trabajo cotidiano. (Del prólogo de Alberto Binder)