Descripción
El visitante desprevenido del museo de Orsay, en París, suele recibir un cierto choque más o menos grato al encontrar en la sala de los imbolistas el enorme cuadro La escuela de Platón. Una escena a la vez serena y sensual, reflexiva y descocada, enigmática pero muy directa… Un Platón bastante parecido a Cristo habla a doce discípulos que, afortunadamente, en nada recuerdan a los apóstoles. ¿Se trata de una piadosa blasfemia o de un simple capricho?.