Descripción
En la obra se afirma que «el correcto relacionamiento con los profesionales del Derecho se debía a que los abogados eran, en su gran mayoría, auténticos «señores». Solo un puñado de ellos pretendía a veces valerse de su buena relación personal con el régimen de Stroessner o del poder económico de sus clientes, o se atrevía a insinuar que podían influir para que el juez del que se tratara fuese ascendido a camarista».