Descripción
La ruptura del vínculo matrimonial tiene una etapa previa a la legal.
La televisión y los otros medios de comunicación van condicionando diferentes comportamientos, asimilados por las personas jóvenes.
El instituto del divorcio para el joven es el medio legal y humano para liberarse de tensiones, de incompatibilidades, de responsabilidades colaterales. No asumen ya, como en la familia tradicional, esa responsabilidad social de alentar la estabilidad conyugal.
No estamos en contra del divorcio, pues es la simple consecuencia de un hecho ya producido que requiere una regulación jurídica.
Para que se registren menos divorcios, se han de atacar las causas que los provocan y, no creer, que impidiendo la vigencia de una ley se favorecerá la estabilidad conyugal.
El elemento esencial del matrimonio es el sentimiento, el amor reciproco, intereses comunes. El amor entre esposos supone voluntad expresada con discernimiento, intención y libertad. Afectos recíprocos nacidos de los estímulos espirituales de compatibilidad y de la pasión somática.
El auge de divorcios en países con gran desarrollo económico y social más se debe a la falta de formación moral de sus integrantes, capitulo fundamental en el proceso educativo y que hoy está muy olvidado en los centros de enseñanza primaria y media.
La sociedad de consumo que agrava los males de la comunidad, que estimula la codicia del dinero, la vanidad del poder, la ostentación de los bienes pervierte el carácter y malogra al hombre.
Mientras el poder político y económico constituyan los parámetros del éxito seguiremos observando a una civilización decadente y en aguda crisis.