Descripción
¿Pueden los cristianos opinar sobre la homosexualidad, los «matrimonios» del mismo sexo, el aborto o el divorcio? ¿O sus opiniones son intolerantes y deben quedarse en la esfera privada?
Joseph Ratzinger declaró a finales de los noventa que ?cualquier futura dictadura anti-cristiana sería probablemente más sutil que las dictaduras que hemos conocido en el pa-sado: admitiría aparentemente la religión, pero sin que ésta pueda intervenir en la forma de conducta ni en el modo de pensar?. ¿Estamos ya recorriendo ese camino hacia el anti-cristianismo?
Resulta innegable que la Europa actual registra síntomas crecientes de intolerancia hacia los cristianos. Interposición de demandas contra obispos por declaraciones políticamente incorrectas; enfermeras o azafatas multadas por llevar crucifijos; las agencias de adop-ción católicas de Gran Bretaña clausuradas por oponerse a la adopción por parejas gays; ataques vandálicos contra iglesias en diversos países europeos; multiplicación de las querellas contra numerosos obispos por defender los valores cristianos; manifestantes anti-aborto franceses detenidos por intentar ofrecer alternativas a las mujeres que se acercan a las clínicas; padres alemanes encarcelados por oponerse a que sus hijos reciban clases de educación sexual; exclusión de los cristianos del debate público con el pretexto de que ?intentan imponer sus creencias a los demás…