Descripción
En la Roma antigua el amor gozaba de la más alta consideración. Los romanos cantaron y alabaron sus excelencias, además de practicar todas sus variantes. El amor ocupó el centro de su pensamiento a la vez que se instalaba en el corazón de la sociedad y se manifestaba en sus costumbres.
Pierre Grimal analiza con brillantez este aspecto tan oculto de la Antigüedad, a menudo limitado a ciertos tópicos y que nos permite, no obstante, profundizar en nuestro conocimiento de la civilización romana.