MAS TESORITOS DEL BAUL

Cuando Thomas Whigham, de dieciocho años, llegó a Paraguay en 1973, casi no sabía qué esperar del país y su sociedad. Era miembro de un grupo de voluntarios médicos que colaboraban con el Ministerio de Salud en organizar un programa de vacunación en el campo. El entendía poco sobre Paraguay; solo sabía que lo enviaban a las regiones del interior, cerca de Ybycuí y Mbuyapey, porque allí era donde más se necesitaba la ayuda. Lo que descubrió fue un lugar fascinante, pobre y bajo un lamentable gobierno dictatorial, pero con una historia inesperadamente rica, una situación de bilingüismo donde el guaraní compartía la vida junto con el español, y donde la gente era amable y discretamente patriótica. Pronto Whigham se convirtió en un admirador -o hincha- del país y, a partir de entonces, se dedicó a su estudio, siendo uno de los pocos norteamericanos que emprendió este reto. Tras regresar a Estados Unidos, se dedicó a estudiar la historia de Paraguay y, al comenzar su posgrado en Stanford University, recibió apoyo de sus asesores para investigar temas paragua-yos. El resultado es bien conocido, con casi treinta libros escritos sobre este tema, incluyendo varias obras esenciales sobre la Guerra Guazú. También pasó más de treinta años enseñando historia latinoamericana en la Universidad de Georgia.
Tras jubilarse de la docencia en 2019, redescubrió las cuestiones que siempre había deseado investigar, escribiendo ensayos y artículos sobre diversos temas para periódicos y revistas paraguayos. Publicó en 2023 una compilación de cuarenta y nueve de estos textos con Editora Intercontinental con el título de Unos tesoritos del baúl. Este libro tuvo una excelente acogida entre el público lector y ahora ha llegado el momento de publicar un segundo volumen. Al igual que el primer libro, esta compilación de veintiocho tesoritos adicionales incluye nuevos trabajos de investigación sobre diversos aspectos de la historia y la literatura paraguaya. Whigham ofrece una doble ventaja a los lectores. Por un lado, pasó muchos años en el Archivo Nacional de Asunción investigando muchos aspectos del pasado del país que otros historiadores no habían abordado. Por otro lado, como extranjero bienintencionado, ha tenido la interesante oportunidad de ofrecer una perspectiva algo distinta a la que los paraguayos esperan.
Sobre todo, relata lo apasionante que puede ser el estudio de la historia y cómo las nuevas generaciones pueden aprender más de lo que sus padres jamás imaginaron.