EPICA DE DOÑA MENCIA Y DON HERNANDO LA

El argumento de esta novela histórica se nutre del relato verídico de los prodigiosos lances de la caravana capitaneada por doña Mencía Calderón de Sanabria. Los hechos relatados se apegan a la realidad tanto como esta puede ser hoy conocida a partir de los documentos de época. Cartas, declaraciones, relatos, asientos de escribanía nos sirven ahora para reconstruir las hazañas de aquellas casi cincuenta mujeres que integraron su caravana y de los hombres que las escoltaron desde España hasta la Asunción, a mediados del siglo XVI.
Doña Mencia de Sanabria fue el alma vital de aquella tropa de valientes, la comandante, la conquistadora, la adalid con cuya formidable fuerza anímica fue capaz de conducir a ese heterogéneo conjunto de personas, con orígenes, educación, ideas y sentimientos dispares, hacia la consecución de un objetivo común. No tuvo necesidad de usar fuerza, intimidación ni otra forma de torcer la voluntad humana, sino que, con solo el ejemplo de su convicción y conducta, su lealtad al rey y su fe religiosa, logró atravesar mares, selvas y llanuras, venciendo obstáculos inimaginables y a menudo inenarrables, tras la única meta de honrar su compromiso con el rey y consigo misma.
Ningún escollo amedrentó e hizo retroceder a doña Mencía en su determinación de alcanzar la villa de la Asunción del Paraguay, pero aquel terrible viaje tampoco endureció su corazón lo suficiente para convertirla en encomendera. Ninguna otra arma que la persuasión y la persistencia, unidas a su férrea determinación, hicieron posible su hazaña. Doña Mencía no merece el olvido.