Descripción
El profesor Van Dusen era de ascendencia alemana. Por generaciones, sus ancestros habían sido destacados hombres de ciencia y él, su resultado lógico: una mente maestra. Ante todo, el profesor era un estudioso de la lógica. Al menos treinta y cinco de sus casi cincuenta años de vida los había dedicado exclusivamente a demostrar que dos y dos siempre son cuatro, excepto en aquellas ocasiones extraordinarias en que podían sumar tres o cinco, según el caso. En términos generales, sostenía la proposición de que todas las cosas que comienzan tienen que seguir un curso, y tenía la capacidad de concentrar en sí mismo la energía mental de sus antepasados cada vez que abordaba un problema particular.
El mundo en general había oído hablar del profesor Van Dusen como la máquina de pensar. Un diario se había referido a él con este apodo en ocasión de una memorable exhibición de ajedrez, en la que había demostrado que —con el poder inexorable de la lógica— una persona totalmente ajena al juego podía derrotar a un campeón que hubiera dedicado toda la vida a su estudio. El profesor Van Dusen está firmemente convencido de que una mente disciplinada es capaz de resolver situaciones que la mayoría de los humanos estiman como imposibles.