Descripción
Caminos del reconocimiento es, a la vez, una lección de historia de la filosofía y un ensayo especulativo que intenta liberar al hombre de hoy de la influencia mercantilista y de las relaciones de dominio. Desde la semántica, el reconocimiento aparece pleno de polisemia ?presente en las definiciones lexicográficas-, pero muy lejos de la homonimia. Reconocer es, ante todo, identificar un objeto, un lugar, una persona. Descartes, Kant o Proust sirven … Ver más Ocultar Caminos del reconocimiento es, a la vez, una lección de historia de la filosofía y un ensayo especulativo que intenta liberar al hombre de hoy de la influencia mercantilista y de las relaciones de dominio. Desde la semántica, el reconocimiento aparece pleno de polisemia ?presente en las definiciones lexicográficas-, pero muy lejos de la homonimia. Reconocer es, ante todo, identificar un objeto, un lugar, una persona. Descartes, Kant o Proust sirven de guías en esta aventura. Luego, en el reconocimiento de sí, Ricoeur retoma temas desarrollados en sí mismo como otro, como la capacidad del hombre de reconocerse responsable de sus actos. Identidad, memoria y promesa son abordados aquí desde la perspectiva del reconocimiento. Finalmente, desde las relaciones con el otro, y más allá de la mutualidad y la disimetría originarias entre el yo y el otro, el autor nos invita a preservar la justa distancia, garante de la alteridad. En esta su última obra, Ricoeur intenta elevar el reconocimiento al estatuto del Filosofema desde una perspectiva fenomenológica. La exploración así emprendida concluye que la conciencia tiene como horizonte al otro y es necesariamente reciprocidad. Caminos del reconocimiento es, a la vez, una lección de historia de la filosofía y un ensayo especulativo que intenta liberar al hombre de hoy de la influencia mercantilista y de las relaciones de dominio. Desde la semántica, el reconocimiento aparece pleno de polisemia ?presente en las definiciones lexicográficas-, pero muy lejos de la homonimia. Reconocer es, ante todo, identificar un objeto, un lugar, una persona. Descartes, Kant o Proust sirven de guías en esta aventura. Luego, en el reconocimiento de sí, Ricoeur retoma temas desarrollados en sí mismo como otro, como la capacidad del hombre de reconocerse responsable de sus actos. Identidad, memoria y promesa son abordados aquí desde la perspectiva del reconocimiento. Finalmente, desde las relaciones con el otro, y más allá de la mutualidad y la disimetría originarias entre el yo y el otro, el autor nos invita a preservar la justa distancia, garante de la alteridad. En esta su última obra, Ricoeur intenta elevar el reconocimiento al estatuto del Filosofema desde una perspectiva fenomenológica. La exploración así emprendida concluye que la conciencia tiene como horizonte al otro y es necesariamente reciprocidad.