Descripción
YO, CANNABIS, soy una planta creada por Dios para bien de la humanidad, Referencias sobre mí datan desde el segundo libro de la Biblia -Éxodo 30: 23 – donde se me incluye en el compuesto de la santa unción junto con la mirra, la canela y el aceite puro de oliva.
De mí se puede obtener un alto porcentaje de proteína para alimento y aceite omega-3, muy bueno para el cerebro.
También soy útil como fibra para la ropa, en algunos casos más suave que el algodón, aunque más duradero.
Últimamente se me emplea para fabricar materiales de construcción de gran resistencia, ya que durante mucho tiempo fui el elemento esencial para todo lo que hacía a los barcos y a la navegación por mi gran resistencia a la humedad y al agua salada.
Antes que se me prohibiera, la gente me usaba para digerir y dormir bien, para curar la depresión y los dolores de cabeza, el glaucoma y las náuseas, la artritis, la anemia, la leucemia y otros tipos de cáncer.
En algunos países me llamaban «la hierba de la hilaridad» y me recomendaban en los matrimonios para que los mismos sean llevaderos y prolíficos, ya que hasta poderes eróticos tengo, lo que evitaría el uso del Viagra, tan peligroso para ciertos organismos.
Me gusta mucho crecer en el Paraguay, de ahí la calidad del cannabis paraguayo y su gran aceptación a nivel mundial Lástima que aquí, contrariamente a lo que dice Montesquieu las leyes no se adaptan a su clima, geografía y costumbres, sino que vienen del exterior a imponerse y, en vez de hacer de mí divisas, me convierten en cenizas.